La fábrica de juguetes: taller de producción de objetos



¿Por qué construir juguetes?

“Hoy los chicos tienen muchísimos juguetes” –nos quejamos los adultos, por tener que comprarlos y las más de las veces por no poder comprarlos–. Tienen tantos que hasta se aburren. Tantos que a veces no saben a qué jugar. Jugar, jugar, ¿qué significa jugar?

Nosotros, los grandes, “cada dos por tres” les decimos a ellos, los chicos: “yo cuando era chico me las arreglaba con lo que había”, un barquito de papel en un día de lluvia, una pelota de trapo, unos tacos de mamá, un autito destartalado. Arreglarse con lo que había era poder imaginar un mundo de la nada: eso era jugar.

Hoy imaginar es un trabajo más difícil: hay que poder hacer algo con todo lo que hay –casi al revés de lo que hacíamos nosotros–. Y ese todo no es sólo la enorme cantidad de juguetes que nos ofrecen día a día, es también la variedad infinita de objetos que consumimos (ellos y nosotros), y que casi sin darnos cuenta generan pilas de residuos que se acumulan sin cesar (vasitos de yogurt, quesos y lácteos con vitaminas; una gran variedad de cajas y cajitas; envases plásticos de todo tipo; rollos de cartón de distintos tamaños; etcétera, etcétera, etcétera).

Con todo eso podemos hacer algo: imaginar e inventar nuestros propios juguetes, pero no para tener más, sino para tener algo que para existir necesite de nosotros, de nuestro trabajo, de nuestra imaginación.

En este mundo plagado de juguetes, repleto de objetos de consumo productores de residuos, para hacer algo con ese todo, los invitamos a ustedes y a ellos a “jugar como chicos”.




Juntos, nosotros y ellos

Jugar juntos, imaginar juguetes, crear juguetes entre nosotros y ellos, no significa que nosotros tengamos que hacer todo lo que ellos quieran, tampoco que ellos tengan que hacer todo lo que nosotros digamos: significa que nosotros podamos escuchar lo que ellos quieren, ayudarlos a hacer que eso sea viable, proponerles otras opciones, decirles también lo que a nosotros nos gustaría, en fin, dejarnos llevar por lo que entre ellos y nosotros vaya germinando.

Hacer algo juntos es confiar en que algo lindo pueda nacer de nuestra alianza, compartir una idea y buscar la forma de hacerla realidad.

Hacer realidad algo que nos permita volar –como los aviones y los pájaros–; algo que nos transporte lejos de acá –como los barcos, los caballos y los autos–; algo que nos haga ser otros –como las máscaras–; algo desde donde podamos ver más allá –como las torres y los largavistas–; algo que nos haga sentir protegidos –como las casas–; algo que permita volver el tiempo atrás –como los dinosaurios–; algo que nos dé miedo –como los monstruos y los animales feroces–; algo que nos haga bailar –como los pianos–. Y nada, nada que nos haga pelear, lastimarnos y matar –como las armas–.